La integración de la farmacia en el sistema de salud puede ayudar a combatir los efectos de los problemas de salud pública, como la falta de profesionales sanitarios.
Los avances tecnológicos en el ámbito sanitario han supuesto una mayor eficiencia en la práctica laboral de los profesionales de la salud. La rapidez y la actualización de datos han permitido una mejora en la adecuación al paciente.
Una revisión reciente de la FIP indica que más del 50% de los pacientes están en riesgo de sufrir discrepancias en la medicación. La farmacia comunitaria juega un papel esencial en la revisión de medicamentos para garantizar su uso seguro.
El sistema que ha elaborado la FIP ayuda a evaluar la posibilidad de incorporar a la farmacia comunitaria en los programas de vacunación y test de detección de virus.