
La farmacia que me gusta es la farmacia “centrada en el paciente”. Para ello, lo importante es tener un catálogo de servicios asistenciales remunerados, que permitan pensar, en el medio plazo, en una farmacia de este tipo, en una farmacia asistencial. Porque, ¿qué es una farmacia asistencial, esa que hoy está en boca de todos? Para mí está claro que se trata de una farmacia que presta servicios asistenciales remunerados. Se escucha con demasiada frecuencia que ya tenemos una farmacia asistencial, pero para mí, mientras los servicios no generen ingresos económicos todo es, en cierto modo, irreal. Por ello, creo que todos los servicios clínicos remunerados que se realizan en la farmacia son importantes.
Se trata del servicio profesional farmacéutico asistencial (SPFA) que ha demostrado producir los mejores resultados en salud, que constituye el objetivo fundamental de los SPFA.
Si tuviera que elegir uno, elegiría el que precisamente hoy no se presta en mi farmacia, el seguimiento farmacoterapéutico (SFT). Aunque soy un gran defensor de este servicio, por el que vengo luchando desde finales de los años 90, en este momento, en la Farmacia, no lo realizamos. Lo digo con un cierto amargor, pero tras haber tenido hasta 200 pacientes en seguimiento (experiencia de la que salió una tesis doctoral y varios artículos en revistas de impacto) como no se cobraba por el mismo (y sigue sin cobrarse) y la rentabilidad de la farmacia iba disminuyendo, hace unos años tuve que decidir si seguía con la Farmacia o con el SFT; decidí, obviamente, salvar la farmacia, lo que supuso algún despido de personal y hoy, aunque no lo hacemos, sigo luchando por conseguir su remuneración y poder así retomar su práctica.
Se trata del servicio profesional farmacéutico asistencial (SPFA) que ha demostrado producir los mejores resultados en salud, que constituye el objetivo fundamental de los SPFA.